Plazo para el envío de artículos: 23 de diciembre de 2016

Editores invitados:

Dr. Francisco Esteban. Facultad de Educación de la Universidad de Barcelona

Dr. Pádraig Hogan. Education Department. National University of Ireland Maynooth.

Consultas email: franciscoesteban@ub.edu; Padraig.Hogan@nuim.ie

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Durante los últimos años, la formación universitaria está viviendo una serie de cambios sustanciales, de gran calado. Estas modificaciones, que también podrían ser concebidas como demandas, han sido promulgadas por un considerable número de instituciones, asociaciones y organismos, tanto supranacionales como nacionales, y auspiciadas por prácticamente la mayoría de instituciones universitarias. Todo lo que se espera de la universidad contemporánea aparece bien resumido en el influyente documento aprobado en el año 1998 por la Conferencia Mundial sobre Educación Superior en el Siglo XXI. La función de la universidad de hoy consiste en “formar diplomados altamente cualificados y responsables, capaces de atender a las necesidades de todos los aspectos de la actividad humana, ofreciéndoles cualificaciones para que estén a la altura de los tiempos modernos”.

            Parece existir un acuerdo generalizado en que la actual formación universitaria debe ser una especie de reflejo de la vigente realidad profesional y social, e incluso la que está por llegar, es decir, que debe adaptarse a los tiempos que actualmente corren. Dicho de otra manera, la formación universitaria de hoy debe ser algo útil, efectivo y eficiente para las personas que la reciben, y consecuentemente, para el contexto en el que dichas personas van a tener que trabajar y vivir. Esta manera de pensar en la formación universitaria ha traído importantes transformaciones, como son: la creación de nuevos y novedosos planes de estudios de grado y posgrado, la reformulación de otros programas académicos ya existentes, usualmente llamados clásicos y a los que hoy costaba ver algún tipo de utilidad y rendimiento, la definición de la formación en competencias, el auge y la expansión de una pedagogía universitaria activa e innovadora, la introducción de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en los procesos de enseñanza, aprendizaje y evaluación, la actualización y renovación de los contenidos académicos, etc.

            Sin embargo, la construcción de esta nueva formación universitaria también ha provocado la aparición de críticas y reprobaciones que, bien mirado, dan forma a un debate que se remonta a los inicios de la institución universitaria y no ha dejado de estar presente a lo largo de su historia. Las detracciones a las que nos referiremos se resumen en que la formación universitaria actual se ha dejado en manos ajenas, principalmente, en las del utilitarismo y el liberalismo económico, social y también moral. Dicho de otra manera, esa misión de la universidad que habla de la formación ética, ciudadana, humanista, del carácter o cuestiones por el estilo, ha sido abandonada en beneficio de una formación útil, interesada y altamente especializada.

            Sería una temeridad afirmar que estamos ante el ocaso de la formación ética en la universidad. La gran mayoría de universidades, de una manera o de otra y con mayor o menos incidencia, considera que la cuestión ética y ciudadana forma parte de su proyecto formativo. Sin embargo, sí que se puede considerar que dicha cuestión ha sido arrinconada, o que, cuando menos, no recibe el trato que merece ni ocupa la posición que le corresponde. La cuestión es importante, pues hoy en día, y quizá más que nunca, tan relevante es disponer de excelentes profesionales como de comprometidos ciudadanos que demuestren tener una cierta altura ética.

            Bordón quiere centrar este monográfico en la formación ética en la universidad de hoy, en la viabilidad y la dificultad que dicha formación presenta dadas las circunstancias en las que nos encontramos, y las nuevas reformas universitarias que se han puesto en marcha durante los últimos años, especialmente en el mundo occidental. La formación ética en la universidad no sólo tiene que ver con una cuestión de intenciones, también incumbe a múltiples factores o dimensiones que inciden en la misión formativa de la institución académica y que, sin duda, merecen un escrupuloso análisis.

            Bordón quiere con el monográfico de este número abrir un espacio a diferentes temas, y desde él hacemos un llamamiento a artículos que aborden de manera rigurosa y crítica cuestiones como las que siguen:

  • ¿De qué hablamos cuando hablamos de formación ética en contextos universitarios?
  • ¿Qué incidencia tiene la formación ética en los recién graduados en general y/o de determinadas áreas de conocimiento en particular?
  • ¿Qué pedagogías emergentes o clásicas son más propicias para encarar el asunto de la formación ética en la universidad de hoy?
  • ¿Qué dicen los empleadores actuales en relación a la formación ética en la universidad contemporánea?
  • ¿Qué papel juega la formación ética en el actual planteamiento de formación por y en competencias?
  • ¿Qué contenidos académicos podrían solventar el asunto de la formación ética en la universidad, y qué presencia tienen en los actuales planes de estudios de grado y de posgrado?
  • ¿En qué medida el profesorado universitario de hoy en día está involucrado en la formación ética de sus estudiantes?
  • ¿Qué incidencia tienen las nuevas funciones del profesorado universitario actual, tales como desarrollar tareas de gestión o proceso de acreditación, en la formación ética de los estudiantes?
  • Y en relación con modelos de formación universitaria ampliamente extendidos, como puede ser el virtual, ¿dónde queda y qué forma adquiere la formación ética?
  • ¿Qué relación mantiene la formación ética con los actuales modelos de gestión y de política universitaria?

Bordón publica trabajos de investigación, no ensayos, en los que debe quedar claro el método seguido y las aportaciones novedosas. Bordón busca especialmente artículos que provengan de investigaciones que aporten evidencias sobre los temas tratados.

Todos los autores deben seguir las normas de Bordón. En especial la extensión, formato IMRYD (Introducción, Metodología, Resultados y Discusión) y extensión del resumen y normas APA, junto con la necesaria revisión bibliográfica internacional y actualizada.

Esperamos que resulte de interés para especialistas en formación universitaria, docentes investigadores y gestores del ámbito universitario, responsables de política universitaria, etc., y para todos los expertos que, desde campos afines, tengan algo que aportar a este ámbito, y deseamos que el resultado final del monográfico ofrezca un contenido útil y que esté a la altura académica y científica de esta revista.

Invitamos a presentar contribuciones relativas a dichas temáticas, para ello consultar las normas de presentación de trabajos en la revista en lo siguientes enlaces:

http://recyt.fecyt.es/index.php/BORDON/about/submissions#authorGuidelines (para los autores)

http://recyt.fecyt.es/index.php/BORDON/about/editorialPolicies#sectionPolicies (Políticas de la revista)

Los artículos deberán seguir las normas de la revista Bordón y ser enviados a través de la plataforma OJS http://recyt.fecyt.es/index.php/BORDON/index.

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